viernes, 16 de enero de 2009

GERENCIA, PODER Y LIDERAZGO

Gerencia, Poder y Liderazgo como Elementos Básicos en las Organizaciones

AUTOR: MIGUEL QUINTERO


El desenvolvimiento del hombre dentro del contexto social implica la ponderación de su conducta, de modo que, la misma se amolde a las actitudes, motivaciones e intereses imperantes en su entorno. En tal sentido, al abordar aspectos como gerencia, poder y liderazgo, se efectúa una aproximación a la descripción de los procesos funcionales de las organizaciones. Bajo dicha perspectiva, estos tres elementos se relacionan para determinar el éxito o fracaso de alguna organización; implicando, por naturaleza, la actuación del recurso humano orientado por la sociedad hacia la tarea básica de la administración, dentro de objetivos puntuales para que el hombre realice las cosas de manera eficaz y eficiente.

En este orden de ideas, es necesario definir en forma breve los aspectos relativos a la gerencia, el poder y el liderazgo, con la finalidad de manejar con precisión la influencia que cada uno de ellos ejerce en la conducta humana, atendiendo a la funcionalidad de las organizaciones. Entendiéndose una organización, en criterio de Fuenmayor (2001), como: “Sistema de actividades humanas (realizadas con o sin instrumentos) diseñados y formalmente realizadas con el propósito de cumplir con fin prefijado y explícitamente predefinido”.

De este modo, se hace referencia, inicialmente, a una definición muy genérica sobre gerencia, establecida por Drucker (1999), quien señala: “La gerencia es el órgano específico y distintivo de toda organización”. Se observa que el concepto es muy formal, pero induce a pensar en la necesidad de cambios en función de la realidad que se maneje dentro de principios gerenciales modernos. De igual manera, se puede definir la gerencia como el proceso de planificar, organizar, dirigir y controlar el uso de los recursos para alcanzar los objetivos organizacionales. Así, se presenta el gerente como un elemento motivador del recurso humano para que efectúe las tareas esenciales, convenciendo al personal sobre la necesidad de lograr los objetivos y metas de la organización para garantizar el éxito individual e institucional.

Sin embrago, esta última definición ubica el análisis de la gerencia desde el punto de vista clásico. Situación que, causa la sensación de que el proceso gerencial se asemeja a un recetario, que al cumplir con los pasos señalados de planear, organizar, dirigir y controlar, se estaría efectuando el trabajo de manera ideal, sin tomar en cuenta que dichos pasos deben llevar inmersa una gran carga de dinamismo que obliga a que la gerencia tenga que sujetarse a consistentes cambios para concordar con una realidad de modernismo organizacional.

También es importante el manejo de la definición de poder, que en apreciación de Chiavenato, (2005), sostiene que poder se define como: “Potencial de influencia de una persona sobre otras, que puede ser ejercido o no. En una organización, el poder es la capacidad de afectar y controlar las acciones y decisiones de las otras personas, incluso si ellas de oponen”. Esta definición implica una estrecha relación entre poder e influencia, interpretada esta última como una transacción interpersonal en que se hace posible modificar la conducta de otra persona de manera intencional. A su vez, la influencia esta ligada, estrechamente, al concepto de autoridad, que se define como el poder legitimado, es decir el poder que se ejerce en atención a la posición o papel que ejerce una persona en una estructura organizacional.

Por su puesto que, toda acción gerencial implica ejercicio de poder, el cual es ejercido a través de los líderes. De modo que el liderazgo, en criterio de Chiavenato (ob. cit), se define como la influencia interpersonal ejercida en una situación determinada y dirigida mediante el proceso de comunicación humana para el logro de uno o más objetivos específicos. De esta manera, se interpreta que en el liderazgo interactúan cuatro elementos que lo caracterizan, los cuales son: influencia, situación, proceso de comunicación y objetivos por lograr. Entonces, en una estructura organizacional es natural que se maneje el uso de la influencia dentro de las relaciones interpersonales, que surgen de diferentes situaciones laborales como: comisiones, grupos de trabajo, supervisores y supervisados, entre otros. Esto conlleva a la necesidad de una comunicación que debe ser clara y precisa entre líder y liderados, para conducir a la consecución de metas, o logro de objetivos individuales y organizacionales.

Sobre la base de las consideraciones anteriores, se debe entender que en toda organización, sus miembros mantienen una relación constante en torno a sus actividades, sometiéndose a una especie de fuerza cultural que los unifica, concertando así, una visión similar de la organización y desplegando una actuación homogénea cónsona con dicha visión. Por lógica, esto produce una íntima vinculación entre los tres aspectos definidos anteriormente: gerencia, poder y liderazgo. Sin embargo, no se deben confundir los mismos, por cuanto cada uno tiene sus características y funciones específicas, las cuales son complementarias en la marcha de las organizaciones.

En efecto, mediante la gerencia las organizaciones definen sus objetivos, establecen sus niveles de producción y precisan sus estándares de calidad pertinente, que se evalúa periódicamente. Esto se hace posible a través de la planeación, organización, dirección y control que atribuye al gerente la capacidad del manejo de poder. Cabe agregar que el poder que maneja el gerente puede derivar de la posición que ocupa y se conoce como: poder legitimado que es el que le da la condición de jefe, para dar órdenes; poder de coerción, parta sancionar o castigar; y poder de recompensa, para premiar la obediencia. Igualmente, ese poder puede derivar de la manera como es visto el gerente, de donde se genera el poder por competencia, es decir que el gerente como conocedor y experto del oficio que realiza, es digno de respeto. Además, el poder por referencia o carisma, allí el gerente gana respecto por cuanto los demás de identifican con él.

Por lo demás, la gerencia tampoco debe ser confundida con el liderazgo. Esto se deduce de la idea de que un buen gerente no tiene ser, necesariamente, un buen líder. Como tampoco un líder tiene que ser por naturaleza un gerente. Ahora bien, las teorías sobre liderazgo explican con claridad las condiciones en las cuales un gerente puede manejar el poder atendiendo a un determinado enfoque teórico donde se visualice como líder. Es así, como dichas teorías se refieren a tres dimensiones: Los rasgos de la personalidad, los estilos de liderazgo y las teorías situacionales de liderazgo. Por lo tanto, es posible afirmar que liderazgo no es sinónimo de gerente, aunque en una perspectiva ideal el gerente debería ser también un líder para obtener un trato adecuado a las personas que trabajan con él.

De lo anterior, también se deduce que el gerente se puede apoyar totalmente en la autoridad de su cargo. De ese modo, estaría sobre el manejo del uso del poder para lograr que las personas realicen las tareas. Esta idea va unida al modelo formal básico de la organización, que coincide con la normativa organizacional y la división jerarquizada del trabajo, fenómeno propio de las organizaciones modernas, que impone restricciones y prerrogativas entre los actores de la organización.

En síntesis, la gerencia es un elemento ineludible en toda persona que tenga la responsabilidad de conducir cualquier organización, de allí el gerente genera la capacidad de afectar y controlar y controlar las acciones y decisiones de las personas que están bajo su influencia, lo cual da origen al poder. En consecuencia, lo ideal es que el gerente sea a la vez un líder para tratar con las personas con quien trabaja, sin embargo, esta característica última, no es condicionante. De manera que, en una organización coexisten los tres elementos: Gerencia, Poder y Liderazgo, como factores determinantes en su funcionalidad.

Es natural que, las organizaciones educativas en Venezuela marchen dentro del marco regulador de estos tres elementos analizados en las consideraciones anteriores. En tal sentido, mediante los mecanismos de legislación en materia educativa, ha existido la intervención del Estado Venezolano, con la finalidad de implementar nuevos conceptos y definiciones en las políticas educativas nacionales en función de la búsqueda del cumplimiento de los propósitos y fines de la educación. A tal efecto, el Ministerio de Educación asume el liderazgo sobre la base del poder que le confiere la posición de la organización, y actúa gerencialmente en atención a la jerarquía organizacional, por la característica del poder legitimado. Además, utiliza estrategias coercitivas y de recompensa como prerrogativas que le concede la fuente de poder.

El comentario anterior, demuestra con claridad la forma como los tres elementos en estudio: gerencia, poder y liderazgo coexisten dentro del quehacer laboral de la organización educativa Venezolana, en medio del planteamientos que tratan de buscar orientaciones hacia propuestas de cambio que no terminan de cristalizar, entre ellas la aprobación de una nueva Ley orgánica de Educación y la implantación de un proyecto educativo nacional innovador.

En consecuencia, las organizaciones educativas en Venezuela deben orientarse bajo una gerencia que jerarquice el trabajo en equipos, con un gerente que indique el camino para alcanzar el éxito. De este modo, se debe tratar de romper los paradigmas tradicionales en cuanto al manejo del poder y se permita resaltar los esfuerzos individuales de cada quien en atención a los perfiles de líderes que posean, para constituirse en piezas integrantes de una totalidad exitosa. Esto puede generar respuestas a los cambios que exige la sociedad actual, que requieren de una nueva concepción del hombre, implementación de nuevos diseños para resolver problemas, capacitación del recurso humano, economía de tiempo y recursos, proporción de mayor y mejor servicio a los usuarios, y en síntesis el logro de una mayor satisfacción, tanto individual como colectiva, para alcanzar formas de vida más próximas a la perfección.


REFERENCIAS

Chiavenato, I (2005). Administración en los Nuevos Tiempos. Edit. Campus LTDA.
Bogotá-Colombia.
Drucker, P. (2002). La Gerencia en la Sociedad Futura. Bogotá. Edit. Norma.

Fuenmayor, R. (2001). Interpretando Organizaciones. Una Teoría Sistémico –
Interpretativa de Organizaciones. Coeditado por ULA. Mérida – Venezuela.

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